Dolor que da alas.
El gran pino le parecía imponente a Gonsuké desde allí abajo. Entonces empezó a subir por sus ramas, de repente se percato de que ya había escalado una cuarta parte del árbol, cuando de repente sintió un cosquilleo que subía por su pierna izquierda y se asentaba en los glúteos. Entonces, sintió un gran ardor que le impidió seguir subiendo. Tuvo que hacer movimientos tales al rascarse, que parecía que se mofaba de la mujer y de su esposo. El doctor muy encolerizado, se alejo por un momento del lugar y entro a una habitación un poco oscura de la casa. Al regresar, portaba un arco y varias flechas, y con mucha destreza la disparo hacia las nalgas de Gonsuké, el cual malherido, salió volando del dolor. Si, así es, el dolor fue tan grande que le sirvió a Gonsuké para convertirse en sennin. La Vieja Zorra y el doctor atónitos por lo que acababa de suceder, no pudieron responder a Gonsuké cuando les dijo: “¡Muchas gracias! ¡Por fin soy un Sennin!” Y poco a poco se fue alejando hasta que un avión que cruzo de repente lo arroyo en el aire, acabando así con su vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario